Venimos observando como ninguno de los planes económicos que plantea Maduro a cada rato y los anuncios que viene haciendo desde hace más de 10 años vociferando que el porvenir será la recuperación y el relanzamiento de la economía, y que esto ha funcionado.
Revisando uno de sus tantos planteamientos, consigo el formulado el lunes 22 de diciembre del 2020. Ese día Nicolás Maduro dijo: «el 2021 debe convertirse en el año del crecimiento y recuperación económica del país, afectado fuertemente por las medidas coercitivas impuestas por el gobierno de Estados Unidos (EE.UU.)”.
“El año 2021, debe ser el año de la recuperación de la economía», reiteró. Pero ese fue el año más desastroso que se pueda recordar porque fue el de la hiperinflación que elevó a más de 6 dígitos el fenómeno de la escalada de los precios de bienes de consumo.
Pero antes, el 25 de julio de 2018, nos volvió a «amenazar» con unos tales motores de la economía que ya había colocado en la mesa por allá por el 2015 pero que se les fundieron los pistones antes de arrancar.
Lo que no ha podido negar Maduro es que la economía de Venezuela está en serios problemas, pero nunca asume la responsabilidad del desastre en que hemos caído, sino que huye hacia adelante y busca los responsables en el imperio y hasta en la oposición calificando a sus líderes de antipatriotas y vendidos al imperio, como lo hacía su antecesor.
Maduro ha hablado de una nueva «ofensiva económica» para acabar con la alta inflación, el desabastecimiento de productos básicos y el déficit fiscal que aquejan un país que, además, vive momentos de tensión política y social.
Maduro ahora quiere contar con la empresa privada, ese fundamental eslabón de la economía golpeado por las nacionalizaciones, expropiaciones y confiscaciones de su otrora padre putativo, Hugo Chávez.
Según Maduro: «la República Bolivariana de Venezuela tiene trazado su plan de crecimiento económico para el periodo 2023-2030, anclado a los 18 motores de la Agenda Económica Bolivariana, para garantizar el desarrollo integral de la nación venezolana”.
Como venezolano quisiera que eso fuese cierto para que la diáspora de compatriotas que huyen a otros países en búsqueda del bienestar que aquí se les niega, regresen a su patria grande buena. Pero debo decir que eso no es posible mientras esté régimen dirija los destinos de la república porque hace falta mucho dinero en créditos para relanzar verdaderamente la economía del país, pero a Maduro no le prestarán ni una lucha porque los organismos multilaterales conocen la rapiña que acabó con la colosal fortuna que recibió este país en los últimos 22 años.
Sólo queda no desmayar, aferrarse a la lucha y con aguante valiente característico del pueblo de Bolívar, esperar las presidenciales del 2024 para salir de esta tragedia. Otto Piñero opin#SNNV –29May #VenprensaInforma
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