El Congreso colombiano aprobó el pasado 28 de mayo la prohibición de las corridas de toros en todo el país, un tema controvertido que, durante más de una década, ha estado en las primeras páginas de la polémica en Colombia, entre los que consideran el toreo una “tradición” y, desde el otro lado del ruedo, quienes lo califican de “maltrato animal”.
La tauromaquia, que se desarrolla desde la época de la colonia en el país y que ahora será ilegal a partir de mediados de 2027, cuando entre en vigor la nueva ley que debe ser sancionada por el presidente Gustavo Petro, quien desde sus días como alcalde de Bogotá, entre 2012 y 2015, se ha postulado como un férreo opositor de la tauromaquia.
La nueva ley, que sacará a Colombia de la reducida lista de 8 países del mundo que aún permiten el toreo, incluye la prohibición del rejoneo, así como de las novilladas, becerradas o tientas. En esta nueva norma no quedaron incluidas en la prohibición las corralejas, que son las fiestas de toros populares de pueblo en las cuales aficionados lidian morlacos en el albero de una plaza, pero sin sacrificarlos.
El documento con el que se dio luz verde a su prohibición en el legislativo contempla que el gobierno colombiano tiene un período de tres años para buscar alternativas de empleo para las personas que dependen directa e indirectamente de las corridas de toros.
Los argumentos para su prohibición
Esta nueva ley antitaurina continúa generando división entre los que se muestran a favor y en desacuerdo de las corridas de toros, tradicionales en Bogotá, ciudad que cuenta con la emblemática plaza de La Santamaría, Cali -con su plaza de Cañaveralejo- y Manizales, la ciudad considerada con la mayor afición y en la que se celebra el principal espectáculo taurino del país.
Para la senadora ambientalista Esmeralda Hernández, autora del proyecto de ley, el fin de las corridas es una lucha “histórica” de más de 30 años de los “defensores de los derechos de los animales” con 14 proyectos que no habían logrado su aprobación en el Congreso.
“Los cambios culturales son complejos, nadie lo niega, pero son absolutamente necesarios. En algún momento en Colombia así como en algunos países donde se ejercía la tauromaquia seguramente tenía mucha fuerza, aquí en el país tuvo mucha fuerza en algún momento, yo creo que la tauromaquia es una vergüenza y la cultura se transforma a medida que se transforman las sociedades, y hoy la cultura está revalorándose hacia el reconocimiento de las distintas formas de vida, la protección de los animales y hacia el rechazo de toda forma de maltrato”, dijo Hernández a la Voz de América.
Por su parte, Eduardo Peña, representante para América Latina de la oenegé Animal Defenders, señala que “más allá de ser una victoria o un trofeo o algo por el estilo por parte de las organizaciones por la defensa de los derechos de los animales, es un avance, es un paso que restablece un poco la esperanza de vivir en un país que añora, que sueña con la paz, esto es un ejercicio importante, es un mensaje importante”.
Qué dicen los toreros
César Rincón, ganadero y el torero colombiano más reconocido a nivel internacional, dijo a la VOA que con esta decisión le “quitan” su vida porque “nació en esta profesión”.
“Están dejando a unas personas que dignamente nos ganamos con nuestro esfuerzo -y lógicamente con nuestra sangre- nuestro sustento; no solamente para nosotros sino para muchas familias, porque nosotros venimos de cunas muy, pero muy humildes”, señaló Rincón.
El matador, retirado en 2008 y dueño de la ganadería Las Ventas del Espíritu Santo, consideró que con esta decisión le han “cortado” las alas a “todos los toreros”.
“Me da tristeza y estoy melancólico por una situación en la que yo creo es por el gran desconocimiento de mucha gente sobre la tauromaquia y esa es la gran tristeza porque hay mucha gente especializada en los toros de lidia que lleva años al lado de los toros y hoy en día tiene que buscarse otra forma de vida”, dijo Rincón a la VOA.
Por su lado, el torero Diego Torres, quien se encuentra en un plantón en la plaza de Toros de la Santamaría de Bogotá, desde el pasado 27 de mayo, aseguró que “apelan a que la Corte Constitucional se pronuncie sobre el proyecto”.
“Nosotros vamos a estar acá en este plantón en la plaza de la Santamaría esperando que la corte con las sentencias que tiene de la tauromaquia donde la reconoce como cultura que vean el atropello que se está cometiendo”, dijo Torres a la VOA, en referencia a las demandas que deberá revisar la Corte Constitucional y que interpuso la industria taurina a la nueva ley.
Por último, para el antropólogo y profesor de la Universidad Javeriana de Bogotá, Jairo Clavijo, la perspectiva de la sociedad juega un papel importante en esta histórica decisión.
“La idea del maltrato no es realmente el foco del asunto, sino qué tipo de maltrato es tolerable en una sociedad. Creo que es un escenario muy difícil porque aquí no hay diálogo, lo que hay es una suerte de encuentro de convicciones donde ninguna de las dos partes va a ser convencida. Entonces estamos frente a una batalla moral de quién tiene la posibilidad de imponer lo que considera que debe definir su gusto frente al uso de los animales o no”, concluyó. Con Información e Imagen del aliado informativo; la Voz de América (VOA) #SNNV – #10Jun #VenprensaInforma
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