En este nuevo capítulo de “Historias que inspiran” con el periodista Carlos Eduardo Escobar, nos adentramos en la fascinante travesía de Cecilia Carrero, una venezolana de 29 años cuya pasión y dedicación han convertido un sueño en una realidad que hoy ilumina escenarios en Colombia. Fundadora de la academia de danza árabe Agnivy, Cecilia no solo comparte su talento, sino también su historia de esfuerzo, resiliencia y amor por el arte.
Desde pequeña, Cecilia descubrió su conexión especial con la danza, pero fue a los 18 años cuando dio sus primeros pasos profesionales con su academia inicial, Eclipse, en Venezuela. Aunque aquel proyecto era un ensayo y error, plantó la semilla de lo que años más tarde se convertiría en una gran organización.
A los 24 años, su vida dio un giro drástico: dejó su natal Venezuela para buscar oportunidades en Colombia.
La danza como puente entre culturas
Cecilia describe sus presentaciones como un homenaje a la cultura oriental, adaptada a las sensibilidades y estilos occidentales. Desde su primera muestra anual en 2023 hasta las exhibiciones en salones de convenciones en Armenia, Colombia, Agnivy ha cautivado a públicos de todas las edades. Hoy en día, la academia cuenta con más de 30 alumnos, entre niños, jóvenes y adultos, que encuentran en la danza árabe una forma de expresión y conexión cultural.
«Quiero que mi academia vaya más allá de Colombia. Mi sueño es abrir sedes en Europa y seguir participando en competencias nacionales e internacionales. No hay nada más gratificante que ver cómo algo que comenzó como una idea hoy transforma vidas», comparte con emoción.
Un sueño compartido y apoyado
El camino de Cecilia no habría sido posible sin el apoyo incondicional de su pareja, quien ha estado presente en cada etapa de su travesía. «Su respaldo ha sido fundamental. Cuando tienes a alguien que cree en ti, los retos parecen más pequeños y las victorias más grandes», asegura.
Cecilia también atribuye su éxito a su formación como docente de preescolar y su diplomado en pedagogía infantil, que le han dado herramientas no solo para enseñar danza, sino también para comprender a sus estudiantes y fomentar su desarrollo personal.
Más allá del ritmo: un mensaje de inspiración
Para Cecilia, la danza es mucho más que movimiento: es una forma de romper barreras, superar adversidades y alcanzar sueños. “Las personas siempre deben intentar alcanzar sus metas, nada las puede detener», afirma.
Con un futuro lleno de posibilidades, Cecilia Carrero y Agnivy son un ejemplo vivo de que con pasión, esfuerzo y perseverancia, cualquier sueño puede transformarse en realidad. #SNNV – #20Nov #VenprensaInforma
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