Las advertencias de huracán a lo largo de las costas este y oeste del la península de Florida se ha cambiado a advertencias de tormenta tropical, en la mañana del jueves, según el último informe del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés).
A su paso, el huracán Ian deja destrucción en el suroeste de Florida que van desde personas atrapadas en viviendas inundadas, daños estructurales en viviendas y hospitales, así como también a más de dos millones de personas sin energía eléctrica.
El presidente Joe Biden habló esta mañana con el gobernador Ron DeSantis de Florida para discutir los pasos que está tomando la Administración para apoyar a Florida en respuesta al huracán Ian, incluida la emisión de una declaración de desastre esta mañana.
El presidente le dijo al gobernador que enviará a su administrador de FEMA a Florida mañana para verificar los esfuerzos de respuesta y ver dónde se necesita apoyo adicional. El presidente y el gobernador se comprometieron a mantener una estrecha coordinación continua.
Ian, uno de los huracanes más potentes que ha azotado Estados Unidos, atravesó la península de Florida el miércoles en la noche y ahora sigue su curso a la costa atlántica.
Se espera que Ian emerja sobre las aguas del océano Atlántico más tarde el jueves y que los intensos aguaceros que pueden dejar inundaciones continúen sobre el centro y el norte de Florida, anunció el NHC.
En Port Charlotte, en la costa floridana del Golfo de México, la marejada ciclónica inundó la sala de urgencias de un hospital, situada en la planta baja del edificio, mientras el viento arrancaba parte de la cubierta de la UCI, ubicada en la cuarta, según una médico del centro.
El agua entró a raudales en la unidad de cuidados intensivos, lo que obligó al personal a evacuar a los pacientes más enfermos del centro, algunos de ellos con respiradores, a otras plantas, dijo la doctora Birgit Bodine, del hospital HCA Florida Fawcett. Los trabajadores colocaron toallas y recipientes de plástico para tratar de contener el repentino caos.
El hospital tiene cuatro plantas, pero los pacientes tuvieron que concentrarse en apenas dos debido a los daños. Bodine tenía previsto pasar otra noche en el centro por si llegaban heridos a causa del meteoro.
“Mientras nuestros pacientes estén bien y nadie termine muriendo o empeorando, eso es lo que importa”, manifestó.
En el cercano Fort Myers, las autoridades recibieron llamadas de personas atrapadas en viviendas anegadas o de familiares preocupados. En las redes sociales se publicaron súplicas de rescate, algunas de ellas con videos que mostraban cómo el agua, cubierta de escombros, se aproximaba a las cornisas de las casas.
Brittany Hailer, una periodista de Pittsburgh, contactó con los equipos de rescate acerca de su madre, que vive en el norte de Fort Myers y cuya vivienda tenía 1,5 metros (5 pies) de agua.
“No sabemos cuándo va a bajar el agua. No sabemos cómo van a salir, sus coches están estropeados», afirmó Hailer. “Su única salida es en barco».
El huracán convirtió las calles en ríos y derribó árboles en su avance por el suroeste de Florida el miércoles, con vientos de 241 km/h (150 mph) y un muro de marejadas ciclónicas. Cuando tocó tierra, Ian era una tormenta de categoría 4, y por la fuerza de sus vientos fue la quinta más potente en la historia de Estados Unidos.
El miércoles en la noche era un meteoro de categoría 1, con vientos de 144 km/h (90 mph), mientras continuaba avanzando. Al otro lado del estado, en el noreste, se esperaban marejadas ciclónicas de hasta 2 metros (6 pies) de alto el jueves.
El aviso por huracán seguía activo entre Bonita Beach, a cerca de 50 kms (31 millas) al sur de Fort Myers, y Anclote River, incluyendo en Tampa Bay, y desde Sebastian Inlet al límite del condado de Flagler/Volusia.
En el centro de Florida, los vientos huracanados podrían mantenerse hasta primera hora del jueves con probables inundaciones generalizadas y catastróficas, agregó el centro.
Hasta el miércoles en la noche, en Estados Unidos no se habían reportado muertes causadas por el meteoro. Pero una embarcación con migrantes cubanos a bordo naufragó el miércoles en un clima tormentoso al este de Cayo Hueso.
La Guardia Costera estadounidense inició un operativo de búsqueda y rescate para 23 personas y encontró a tres sobrevivientes a unos dos kilómetros (millas) al sur de los Cayos de Florida, según las autoridades. Otros cuatro cubanos llegaron nadando a Stock Island, justo al este de Cayo Hueso, según la Patrulla Fronteriza. Los equipos aéreos seguían buscando a los 20 migrantes que podrían seguir en el mar.
Antes de recalar en Florida, el huracán había barrido Cuba, donde se cobró la vida de dos personas e inutilizó la red eléctrica de la isla.
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Más de dos millones de viviendas y negocios de Florida estaban sin electricidad, según la web PowerOutage.us. Casi todas las casas y empresas de tres condados sufrían apagones.
Los gobernadores de Carolina del Sur, Carolina del Norte, Georgia y Virginia declararon el estado de emergencia de forma preventiva. Los meteorólogos prevén que Ian llegue a esas regiones convertido en una tormenta tropical que podrían causar inundaciones durante el fin de semana. Con Información e Imagen del aliado informativo; la Voz de América (VOA) – #SNNV – #29Sep #VenprensaInforma
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