Existe la disyuntiva entre si es bueno bañarse con agua fría después de hacer ejercicios. Incluso, en ocasiones, se apunta a la conveniencia de hacer una ducha que combine el calor y el frío a manera de contrastes.
Pero ¿realmente qué es lo más beneficioso para las personas? ¿Después de hacer ejercicio es bueno ducharse con agua fría? ¿O es mejor hacerlo con agua caliente? Esto dicen los expertos.
Un estudio publicado por Journal of Strength and Conditioning Research confirma que una ducha fría reduce el estrés cardíaco de los deportistas. Además, los músculos dejan de necesitar tanto aporte sanguíneo y cesará la vasodilatación, que ayuda a que llegue esa sangre extra.
Joseph Wickman, licenciado en Fisioterapia Máster en Valoración, Fisioterapia y Readaptación en el Deporte, explica lo que sucede en el organismo con la ducha tras hacer ejercicios. Esto, para que pueda sacar sus propias conclusiones, hacer lo correcto y beneficioso, sentirse tranquilo y saber cuál es el mejor momento para ducharse.
¿Es bueno bañarse con agua fría después de hacer ejercicio?
Entre las ventajas de un duchazo con agua fría luego de ejercitarse están:
Ritmo cardíaco normal: ayuda a recuperar el ritmo cardíaco normal tras el ejercicio.
Menos agujetas: reduce las posibilidades de tener agujetas porque disminuye la rigidez con la que se asocian estas molestias.
Regenera la musculatura: en el caso de que se hayan producido roturas de fibras musculares por un ejercicio intenso.
Facilita la recuperación física más rápidamente.
Tonifica el cuerpo: porque no contribuye a dilatar la musculatura y la piel como sucede con el agua caliente, que favorece la flacidez.
Contrae los vasos sanguíneos: lo que permite bajar las inflamaciones en músculos, tendones o articulaciones que pueden aparecer cuando el ejercicio que se ha realizado ha sido especialmente intenso.
Reduce la temperatura corporal: por la constricción de los vasos sanguíneos.
¿Siempre debo ducharme con agua fría después de entrenar?
Los fisioterapeutas Mauricio Marín y Marilyn Barrientos declararon en El Financiero que la elección de la temperatura del agua depende del tipo de entrenamiento que se tuvo.
“Si es una persona que busca relajarse con el ejercicio, lo preferible es el agua caliente. Pero si es un futbolista o un peleador de artes marciales mixtas, definitivamente necesita agua fría y ojalá casi consumirse en hielo para evitar inflamación”, dijo Barrientos.
Otra opción que recomiendan es esperar que la temperatura corporal regrese a sus niveles normales e iniciar el baño con una ducha de agua tibia o caliente y luego pasar a una de agua fría.
“Cuando se efectúa un ejercicio, el ritmo cardíaco aumenta y el ácido láctico se acumula. Luego, una ducha con agua caliente previene el cúmulo del ácido láctico, relaja los músculos y mejora la circulación de la sangre”, detallan.
El experto Joseph Wickman, llega a la conclusión de que ducharse con agua fría tras hacer deporte es positivo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que debe esperar unos 15 minutos antes de hacerlo. Esto es debido a que no es bueno someter al cuerpo a un cambio brusco de temperatura de manera tan repentina.
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