La vida a veces nos tiene preparadas sorpresas que cambian nuestro destino de forma inesperada. Y eso es precisamente lo que le ocurrió a Edimar Piña de Herrera y José Herrera Dudamel, dos venezolanos originarios de Barquisimeto, estado Lara, conocidos cariñosamente por su gente como “¡Na’ Guará!”. Después de 20 años de distanciamiento, un simple “hola” los reunió, abriendo la puerta a una historia de amor que cruzó fronteras, superó obstáculos y culminó en un sueño compartido: el emprendimiento de su propio restaurante en Nueva York.
Un reencuentro inesperado
La historia de Edimar y José comenzó cuando ella tenía solo 16 años y él 24. Se conocieron a través de un vínculo común: José era amigo de la familia de su ex pareja. Aunque en aquel momento no se imaginaron que sus vidas se cruzarían nuevamente, el destino les tenía preparada una nueva oportunidad de encontrarse.
Con el paso del tiempo, Edimar emigró a Ecuador, mientras José se trasladaba a Estados Unidos. El destino les preparó una jugada curiosa cuando, 20 años después, un pequeño gesto reavivó la llama entre ellos. El hijo de Edimar decidió saludar a José con un “hola” a través de las redes sociales, lo que abrió una nueva etapa para ambos. Así, comenzaron a comunicarse constantemente, mediante llamadas y videollamadas, que les permitieron reestablecer su relación.
La decisión de no rendirse
A pesar de la distancia, la relación de Edimar y José se fortaleció. Después de varios meses de comunicación a distancia, José decidió viajar a Ecuador para reunirse con Edimar. Sin embargo, las autoridades migratorias le impidieron ingresar al país. Sin rendirse, ambos tomaron la audaz decisión de volar a Venezuela, sin saber que su destino los reuniría en el mismo vuelo. Al llegar a Venezuela, después de 20 años sin verse físicamente, José no dudó ni un segundo en pedirle matrimonio a Edimar. La pareja había pasado la prueba del tiempo y la distancia, y su amor estaba más fuerte que nunca.
A pesar del romanticismo de su historia, Edimar y José no se conformaron solo con compartir su amor. Decidieron emprender un negocio juntos, sin saber lo que el futuro les depararía. Los obstáculos no tardaron en llegar, pero el sueño de tener su propio restaurante en el extranjero se convirtió en la fuerza que los impulsó a seguir adelante.
La difícil decisión: ¿cerrar o continuar?
Al principio, el camino de Edimar y José como emprendedores no fue nada fácil. Los recursos eran escasos, y las deudas se acumulaban rápidamente. A pesar de su pasión por la cocina venezolana, la situación económica se volvió insostenible. A punto de cerrar su negocio, tomaron una decisión crucial: pedir prestados 2.000 dólares a amigos y familiares para seguir adelante. Fue en ese momento de desesperación cuando la suerte les sonrió.
Gracias al apoyo de conocidos como el artista digital @neurokiller y el youtuber @esmanudominguez, quienes les brindaron visibilidad en sus redes sociales, las ventas comenzaron a aumentar. Con esta visibilidad, el negocio comenzó a despegar, y para su sorpresa, fue incluido en Google Maps. Así nació Código 58, un restaurante en Nueva York que conecta a los venezolanos con su cultura a través de la comida y la música típica.
Código 58: el símbolo de perseverancia
Hoy en día, Código 58 @codigo58bk no es solo un restaurante. Es el símbolo de la perseverancia, el esfuerzo y la pasión de dos venezolanos que, a pesar de los obstáculos, nunca dejaron de luchar por sus sueños. Más que un negocio de comida, Código 58 representa una conexión emocional con Venezuela, un lugar donde los inmigrantes venezolanos y latinoamericanos pueden sentirse como en casa, disfrutando de los sabores y la calidez de su tierra natal.
Para Edimar y José, la comida es solo una parte del sueño. En su restaurante, venden mucho más que platos típicos: venden su historia, su esfuerzo, su amor y su dedicación. Cada arepa, cada plato servido es una declaración de que, con perseverancia, los sueños pueden hacerse realidad, sin importar las dificultades.
Un mensaje de esperanza para los soñadores
El mensaje que Edimar y José desean compartir con el mundo es claro: “El amor sí existe, y las oportunidades también”. A través de su historia, nos demuestran que, aunque las fronteras físicas nos separen, el amor y el emprendimiento pueden unirnos de maneras sorprendentes. Hoy, su restaurante es un refugio para muchos, un espacio donde los venezolanos pueden recordar su tierra, y los inmigrantes en general pueden conectarse con sus raíces.
En cada rincón de Código 58, se vive el esfuerzo de una pareja que no se rindió, que creció y aprendió de los tropiezos, y que hoy, con su restaurante en Nueva York, se ha convertido en un referente de superación. Para aquellos que sueñan con un futuro mejor, su historia es una inspiración de esperanza, perseverancia y amor inquebrantable.
Esta entrevista forma parte de la serie Historias que Inspiran, realizada por el periodista Carlos Eduardo Escobar, quien ha sabido capturar la esencia de los venezolanos que, a través de su esfuerzo y pasión, han logrado alcanzar sus sueños más allá de las fronteras. La historia de Edimar y José no es solo la historia de un restaurante en Nueva York, sino la de un amor que floreció a través de la distancia y los sacrificios, y un emprendimiento que nació de la fe y la perseverancia. #SNNV – #21Dic #VenprensaInforma
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