El equipo regional del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), presentó los resultados de la investigación nacional Violencia, Desigualdad y Género realizada con la finalidad de conocer los factores asociados al comportamiento de mujeres victimarias o agresoras dentro y fuera del hogar, bien sea como delincuentes, miembros de bandas u organizaciones criminales, o como funcionarias policiales, siempre desde su relación con la perspectiva de género. Se trató de un estudio cualitativo de tipo descriptivo en el que se utilizó la entrevista a profundidad a informantes clave y dos grupos focales con expertos en el área como técnica de recolección de la información.
De acuerdo a la coordinadora del OVV Carabobo, Giannina Fusco, la crisis estructural que atraviesa el país ha traído como consecuencia el deterioro en la calidad de vida de un sector mayoritario de la población ya que se han profundizado las desigualdades socioeconómicas, así como la pérdida de valores sociales.
En lo que va del año 2022 se ha observado un incremento de los casos de violencia familiar. Carabobo ha estado entre los primeros cinco lugares en el país en cuanto a casos de femicidios que han sido consecuentes en cada mes del año. La especialista explicó además que en los delitos conocidos por la sociedad a través de los medios de comunicación no solo se refleja a la mujer como víctima sino también como victimaria o agresora tanto en el hogar, como en el entorno delincuencial.
Entre los casos estudiados y descritos por los expertos, en Carabobo se identificó el de una mujer victimaria en situación de violencia activa en el hogar por abandono de los hijos durante todo el día, también el de otra dama que agredía verbal, psicológica y físicamente a su pareja quien decidió irse fuera del país huyendo ante las amenazas de muerte y situación de vulnerabilidad.
En el informe se registraron casos de trata de niñas y adolescentes por parte de familiares. Resaltó el caso de una madre que prostituía a su hija de 12 años. Además de una mujer casada que por la crisis económica incursionó en la prostitución con la finalidad de mantener su estatus social.
La delincuencia también ha generado que mujeres carabobeñas sean obligadas a unirse a grupos hamponiles bajo amenazas a sus familiares. Otras se han convertido en cómplices luego de que su pareja se incorporara a bandas de la región. Incluso, algunas jóvenes fueron capturadas como miembros de organizaciones criminales durante operativos policiales.
La violencia intrafamiliar ha tenido a la mujer no solo como víctima, también como agresora. Se han reportado casos de estafa, extorsión, agresiones físicas y verbales de damas en contra de sus esposos o parejas sentimentales, que en algunos casos han ido a dar a centros de salud. Incluso, algunas que prohíben a los padres ver a sus hijos como formas de castigo y manipulación.
En lo que va de año
Entre enero y septiembre se contabilizaron 35 casos de mujeres victimarias o agresoras. En seis de los casos las mujeres fueron aprehendidas por violencia intrafamiliar siendo los hijos las víctimas en cinco de ellos, tres califican como homicidios con un neonaticidio y dos infanticidios. Entre tanto, hubo dos casos por maltrato físico y abandono a los hijos. También se registró una agresión física a la pareja a quien por celos la mujer le cercenó el miembro con un arma blanca mientras dormía.
En cuanto a mujeres victimarias delincuentes o miembros de bandas delincuenciales, se reportaron 26 casos en diferentes tipos de delitos: cinco por tráfico de drogas, cinco por robo, cuatro por hurto, cuatro por extorsión, tres por secuestros, dos por estafa, dos por usurpación de funciones haciéndose pasar por profesionales de la salud, y una por porte ilícito de armas de guerra. A éstas se le suman dos mujeres que agredieron físicamente a otra mujer en la vía pública y un caso de actos lascivos contra una niña de 12 años.
En el informe de investigación se determinó que persisten las desigualdades producto de la ideología patriarcal que le asigna superioridad al hombre respecto a la mujer en los diferentes ámbitos de desempeño en la sociedad. Los casos de mujeres agresoras en el hogar pasan desapercibidos puesto que muchos no denuncian por no exponerse a la recriminación social al contrariar el rol de dominación que debe ejercer en el hogar; las mujeres delincuentes ocupan un papel secundario de cómplice y subordinación al hombre. En hechos delictivos; la funcionaria policial adopta una conducta agresora para ser aceptada en el entorno masculino.
Entre las razones o factores que contribuyen a conductas y actitudes de una mujer victimaria o agresora, los expertos mencionaron el entorno, familia y comunidad donde se desarrolla, pobreza, oportunidades laborales y desigualdades socioeconómicas, carencias afectivas, maltrato durante la infancia y la intención de mantener un estatus social. #SNNV – #25Nov #VenprensaInforma
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