Una serie de países están eliminando las restricciones impuestas para impedir la propagación del coronavirus. Algunos expertos creen que eso es muy prematuro. ¿Se mantendrá el COVID-19 como una enfermedad endémica o desaparecerá?
Casi dos años después de comenzar la pandemia del COVID-19 todo aparenta que el nuevo coronavirus se está volviendo menos virulento, con cifras de infecciones y muertes que han ido disminuyendo al punto de que los países están levantando algunas de las restricciones que aún quedaban en vigor.
En Gran Bretaña, los viajeros vacunados podrán entrar al país sin necesidad de someterse a una prueba de detección del COVID-19, los españoles y los italianos ya no tendrán que usar mascarillas en exteriores, y en Estados Unidos las diferentes ciudades están revocando las medidas de protección.
Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el virus que sumió a todo el mundo en una profunda recesión económica, alteró la vida normal como la conocíamos y ha dejado casi seis millones de muertes globalmente no ha desaparecido.
¿Qué está sucediendo?
La OMS reportó en su informe semanal el martes que las infecciones de COVID-19 disminuyeron un 17 % en todo el mundo la semana pasada, pero algunos focos regionales habían reflejado aumentos.
Apenas el 1 de febrero, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo en una conferencia de prensa en Ginebra que las infecciones de COVID-19 habían seguido aumentando desde que se identificó la variante ómicron por primera vez hace apenas 10 semanas.
En las Américas, las infecciones disminuyeron en un 31 %, pero hubo un incremento de las muertes del 13 % en el mismo período, reportó la Organización Panamericana de la Salud en su informe del 8 de febrero.
Según la OMS, la variante ómicron es cada vez más dominante, hasta alcanzar casi el 97% de casos estudiados por la plataforma internacional de monitoreo GISAID. Poco más del 3% de las muestras fueron de la variante delta.
¿Qué es la variante ómicron?
La nueva mutación ómicron se informó por primera vez a la OMS en Sudáfrica el 24 de noviembre y dos días después el organismo la designó como una variante preocupante con el potencial de aumentar la transmisibilidad o la potencia.
La práctica ha comprobado que las infecciones de ómicron son menos graves que las de las variantes anteriores.
Un análisis en Europa en diciembre concluyó que los casos de ómicron tenían un 15% menos de probabilidades de enviar al paciente al hospital y un 40 % menos de extender las permanencias en los centros de salud por más de una noche, en comparación con la anterior variante delta.
Sin embargo, al ser mucho más contagiosa, ómicron desató un aumento de las infecciones en todo el mundo, que impactaron los viajes, las fiestas navideñas y de Año Nuevo, y propulsaron el regreso de las restricciones a lugares de acumulación de personas, como los restaurantes y centros de diversión.
Como señaló Tedros, más casos implican más muertes, aunque la variante no sea tan grave.
¿Cuáles fueron las etapas anteriores?
La pandemia de COVID-19 tuvo principalmente dos etapas anteriores antes de la aparición de ómicron. Aunque el virus original, identificado en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019, mutó en algunas variantes, ninguna tuvo el impacto de la delta, descubierta en la India a mediados de 2021.
El virus original y algunas mutaciones prevalecieron durante el primer año de la pandemia a partir de marzo de 2020. El cuadro de la enfermedad afectaba los pulmones y muchas personas morían al no poder respirar.
La variante delta fue muy parecida, pero mucho más contagiosa, y se convirtió en la prevaleciente en todo el mundo desde junio de 2021 hasta ser suplantada por ómicron.
¿Desaparecerá el virus?
El principal especialista en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, doctor Anthony Fauci, dijo en una entrevista del periódico británico Financial Times publicada esta semana que él no cree que el nuevo coronavirus pueda ser erradicado.
Fauci respondía a preguntas sobre el fin de los mandatos y las restricciones, y expresó que todo eso “podría terminar muy pronto”.
El especialista descartó la idea de que el COVID-19 se convierta en una enfermedad “endémica”, o sea que se repite cíclicamente como la rubeola o el sarampión, como consideran otros expertos y algunos países.
“Lo que espero es que lleguemos a un momento en que haya suficientes personas vacunadas y suficientes personas protegidas por infecciones anteriores para que las restricciones de COVID pronto sean cosa del pasado”, explicó.
Fauci dijo que algunas personas probablemente necesitarán una cuarta dosis de una vacuna contra el COVID-19 y las personas saludables sin condiciones subyacentes un refuerzo cada cuatro o cinco años.
¿Y qué dice la OMS?
En su rueda de prensa del 1 de febrero, el director de la OMS, advirtió que “es prematuro para cualquier país rendirse o declarar la victoria”.
“Este virus es peligroso y sigue evolucionando ante nuestros ojos … y seguirá evolucionando, por lo que pedimos a los países que sigan haciendo pruebas y actividades de vigilancia y secuenciación. No podemos luchar contra este virus si no sabemos lo que está haciendo”, dijo Tedros. Con Información e imágen de la Voz de América (VOA) #13Feb #VenprensaInforma
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Venezolana de Prensa
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