Cientos de refugiados sirios residentes en el Líbano regresan a su país, luego de que los insurgentes entraran a Damasco y la declararan “libre” del presidente, Bashar al Assad.
En el principal cruce fronterizo entre el Líbano y Siria, el de Masnaa, largas hileras de vehículos aguardan para entrar al territorio sirio en medio de un ambiente festivo entre gritos de “Alá es grande” y consignas contra el que dirigió el país durante casi 25 años.
Familias buscan a seres queridos
Omar Alshogre, quien estuvo detenido por tres años y sobrevivió a una tortura implacable, observó asombrado desde su hogar lejos de Siria mientras los videos mostraban a docenas de detenidos huyendo.
“Cien democracias en el mundo no habían hecho nada para ayudarlos, y ahora unos pocos grupos militares bajaron y abrieron prisión tras prisión”, le dijo Alshogre a AP.
Mientras tanto, las familias de los detenidos y desaparecidos omitieron las celebraciones de la caída de la dinastía Assad. En cambio, esperaban fuera de las prisiones y centros de sucursales de seguridad, esperando que sus seres queridos estuvieran allí. Tenían grandes expectativas para los recién llegados que ahora dirigirán el país devastado.
“Esta felicidad no se completará hasta que pueda ver a mi hijo fuera de la prisión y saber dónde está”, dijo Bassam Masri. “Lo he estado buscando durante dos horas. Ha estado detenido durante 13 años”, desde el inicio del levantamiento sirio en 2011.
Los rebeldes lucharon por controlar el caos mientras las multitudes se reunían junto al Tribunal de Justicia en Damasco.
Heba, quien solo dio su primer nombre mientras hablaba con la AP, dijo que estaba buscando a su hermano y su cuñado, quienes fueron detenidos mientras denunciaban un coche robado en 2011 y no habían sido vistos desde entonces.
“Se llevaron a tantos de nosotros”, dijo Heba, cuya prima de su madre también desapareció. “No sabemos nada de ellos… Ellos (el gobierno de Assad) quemaron nuestros corazones”.
Algunos de los manifestantes llevan banderas de la oposición siria y se han formado en las inmediaciones del propio paso, así como en poblaciones cercanas con una fuerte presencia de refugiados sirios, como Bar Elias.
El Gobierno de Líbano estima que alrededor de 1,5 millones de refugiados sirios viven en el Líbano, de los cuales más de 800.000 restarían registrados en la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Desde el inicio del conflicto en 2011, cientos de miles de sirios huyeron del territorio por temor a la represión del Gobierno y el Ejército sirio, una gran parte hacia el Líbano.
La situación humanitaria en Siria sigue siendo crítica. A pesar del retorno de algunos refugiados, millones de personas siguen desplazadas dentro y fuera del país.
La reconstrucción de Siria se presenta como un desafío monumental, con ciudades destruidas y una economía en ruinas. La comunidad internacional observa de cerca, consciente de que el camino hacia la paz y la estabilidad será largo y complicado. Con Información e Imagen del aliado informativo; la Voz de América (VOA) #SNNV – #9Dic #VenprensaInforma
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