Tiburones de La Guaira apaleó 12-5 a Bravos de Margarita la noche del lunes en el Estadio Universitario y no solo certificó su pase a su segunda Gran Final en fila en un lapso récord de juegos, sino también, aseguró el primer lugar de la tabla de clasificación en el Round Robin y, por lo tanto, el derecho de escoger primero en el Draft para el gallardete.
El cardumen obtuvo su décimo triunfo de la fase en el encuentro número 11, lo que representa el pase más rápido por el título en los formatos del Todos Contra Todos a cinco equipos, desde que se disputa en la campaña 1996-1997, de acuerdo con los registros del periodista e historiador Tony Flores.
Para la divisa litoralense, de igual forma, es la primera vez en 37 años que hilvana zafras como finalista, desde que lo hiciera en tres ocasiones entre la 1984-1985 y la 1986-1987. Las dos primeras veces se proclamó campeón, y la última cayó. En cada una de esas oportunidades, Oswaldo Guillén estuvo presente como jugador y emblema.
Casi cuatro décadas después, el mirandino se vio frente al reto de iniciar un segundo ciclo como mánager de La Guaira en unas horas convulsas, tras la desvinculación de Edgardo Alfonzo. Y el resultado no ha podido ser mejor.
“Se ha logrado un paso muy importante. Llegar a la final es la meta clave que todo equipo se propone”, mencionó el piloto. “Debemos seguir con esa hambre para obtener el título. Me gustaría quedarme con el mismo equipo para la final, porque fue lo que hice con los Medio Blancas en 2005 (cuando quedó campeón de Serie Mundial como estratega). Tenemos un núcleo muy sólido, pero también entiendo que hay necesidades y de eso se encarga la oficina”.
Desde que Guillén dirigió su primer encuentro, el 7 de diciembre, Tiburones exhibe registro de 22-7, el mejor del circuito, y con diferencia, pues el siguiente con el siguiente con más lauros en el lapso es Tigres de Aragua, con 17, al borde de la eliminación en el Round Robin.
Fue un giro de tuerca sustancial a lo mostrado en la Era Alfonzo, con balance negativo de 18-20.
“Estoy contento y agradecido de estar con él, en el mismo equipo. Agradezco toda su inteligencia para acoplar tan bien a este equipo hasta llevarnos a la final”, dijo Yasiel Puig tras el último out. “Él tampoco ha quedado campeón acá como mánager, así que sería un honor para todos nosotros que lo logre”.
Puig, que conectó un dantesco jonrón con un hombre en base contra Luis Pacheco, para coronar un racimo de cinco carreras en la octava entrada, llegó un poco antes que Guillén, específicamente el 26 de noviembre. Y desde entonces, acapara los focos de la LVBP.
Desde su estreno en el circuito, el cubano exhibe astronómicos promedios de .412/ .500/ .801 y lidera entre sus cofrades los apartados de hits (56), jonrones (14), carreras empujadas (32), anotadas (37) y bases alcanzadas (109)
“A mí, supuestamente, me trajeron para llevarlos a la final, pero estoy acompañado de todos estos profesionales que salen a dar lo mejor de ellos en cada juego”, expresó Puig, que remolcó tres carreras en el compromiso. “Si me lo permiten, me gustaría ir a la Serie del Caribe defendiendo los colores de este equipo. Hace más de 37 años que Tiburones no queda campeón, y vamos a cumplir ese objetivo”.
La Guaira reafirmó su papel como la más descollante ofensiva del campeonato con 15 imparables frente a los neoespartanos. Cuatro de esos incogibles fueron de Maikel García, quien volvió a encenderse en el momento justo para sus parciales.
“Estoy agradecido con Dios con esta segunda oportunidad que nos está dando. Esperamos darles a los fanáticos ese título por el que tanto han esperado”, declaró García. “Nunca perdí la confianza. He tomado mejores turnos y ahora están saliendo los resultados”.
El oriundo de La Sabana, al igual que Puig, empujó tres rayitas, y vio elevar su promedio de bateo más allá de los .300 (.311) por primera vez en la etapa de enero.
La toletería del litoral, que esta vez jugó como visitante en el parque de la UCV, despachó siete de sus incogibles en el cuarto episodio, cuando fabricaron un ramillete de seis anotaciones para dar vuelta a la pizarra que hasta ese momento perdían 2-0.
El concierto de batazos ha sido la banda sonora de este equipo en el grueso del campeonato, pero ahora, con un agregado de valor, que, desde ya, les envuelve en un halo de favoritismo.
“Este año tenemos un mejor pitcheo, y la ofensiva está más fuerte”, comparó García, quien formó parte del equipo en la final anterior. “Creo que el mánager tiene un plan con el pitcheo, y eso será muy importante para los juegos de la final”.
La victoria fue para Tiago Da Silva (2-0), tras una labor de 1.1 episodios con una carrera permitida. El descalabro lo cargó Edgar Torres (0-2), abridor de Bravos que admitió nueve imparables y cinco carreras en 3.1 tramos. Con información de Prensa LVBP #SNNV – #16Ene #VenprensaInforma
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